Entrevista a Xavier BáezA simple vista no aparenta ser un crack del futbol reynosense. El no camina por las calles con exagerado glamour, ni se esconde de la gente. No se cree un estrella a pesar de que ya comienza a serlo. E l es sencillo, es cien por ciento raza.
Así es Xavier Iván Báez Gamiño, un joven orgullosamente hecho en Reynosa que ha logrado cumplir un sueño alcanzado por muy pocos y deseado por millones de futbolistas.
Con el número 18 en el dorsal, "Xavi" juega para el equipo más popular de México, para el más ganador, juega para las Chivas Rayadas del Guadalajara, algo por demás destacado, pero su sencillez y humildad le prohíben gritarlo a los cuatro vientos.
"Xavi" como cada año, visitó una vez más su tierra. Aprovechó los pocos días de vacaciones que le dieron para dejarse querer por sus seres más allegados. Se olvidó por unos días de Guadalajara, pero no del futbol. En una tarde libre, se tomó un tiempo para visitar uno de los tantos campos que lo vieron crecer en Reynosa, el antes nombrado Oscar Luebbert. Se sentó en las gradas, mismas que antes no existían, volteó a ver cómo el pasto sintético cubría aquella áspera cancha, en la cual se regodeaba con la de gajos en su época de morro.
Seguía observando y como que no le caía el veinte de que antes allí hubo caliche, piedras, porterías despintadas, y que fue allí donde protagonizó cientos de batallas en categorías infantiles. Cuando por fin logra aterrizar sus ideas, lanza la primera frase de la tarde, la cual borra de inmediato esa seriedad que caracteriza su rostro, porque a leguas se nota que también le gusta el rebane. "Siempre me dijeron que aquí iba a salir pasto, pero me quede esperando y nunca salió", comenta entre risas al tiempo que comienza a narrar recuerdos dorados de su infancia.
"Ya tenía mucho tiempo que no venía a esta cancha, de hecho, la veo muy bonita, me vienen muchos recuerdos a la mente, aquí entrenaba, está bien cerca de mi casa, en aquel entonces me venía a pie, ya nada más mi mamá me decía: ‘Cruza con cuidado el bulevar’, y ya estábamos aquí, entrenábamos a las siete, pero yo me venía desde las cinco y aquí en la canchita de al lado se hacían las retas, es padre jugar en el barrio, con los amigos, eso es lo más bonito, jamás se olvida", asegura mientras observa con detenimiento como ahora los niños entrenan y ni se ensucian. CON EL FUTBOL EN LA SANGRE
La plática se pone sabrosa y ese es el momento justo para que "Xavi" abra su corazón. Gustoso acepta contar cómo fueron sus inicios, cómo es que el ahora titular indiscutible de las Chivas Rayadas del Guadalajara, también fue un chamaco entregado a las cascaritas. Báez, se puede decir que nació con la pelota cocida al pie. A los cuatro años de edad se integró a su primer equipo y aunque la mente medio lo traiciona, alcanza a recordar sus pininos en el deporte de sus amores. "Mi papá dice que desde el andador me traté de enseñar a jugar futbol, pero fue como a los cuatro años que jugué en mi primer equipo, no recuerdo exactamente cual fue, mmm, bueno en el que más estuve fue en Pumas, mi padrino Enrique Gameros hizo ese equipo, luego me pasé con Lalo Mortal y Osvaldo Treviño"., recuerda ya sin temor a equivocarse "Xavi" siempre se ha entregado en cuerpo y alma al futbol, ya sea jugando como amateur o como profesional. Recorrió todas las ligas infantiles de Reynosa y aunque siempre destacó dentro de la cancha, acepta que no siempre le tocó ganar. Los minutos pasan y los recuerdos llueven en su mente, pero en el top cinco está su primer campeonato de goleo, el cual tiene un lugar especial en su corazón y en su recámara. "Jugué en la Liga Universitaria, en la Baby Oro, en la México 2000, en este campo tuve finales, algunas las gane y otras veces perdí, pero todos son buenos recuerdos. Me acuerdo mucho cuando quede campeón goleador, estaba muy niño y fue el primer trofeo que me dieron, de hecho, todavía lo tengo bien guardadito, cuando me lo dieron estaba más grande que yo y mis papás me tenían que ayudar a cargarlo", dice con una sonrisa gigante y sin dejar de ver el color verde de la cancha. La infancia se fue quedando atrás y los sueños de ser profesional comenzaron a crecer. Su calidad en el campo brotaba y sólo hacía falta que alguien la supiera aprovechar. Pocos, o mejor dicho nadie, sabía que el Atlas lo tuvo y lo dejó ir. Fue entonces que el destino se encargó de ponerlo cara a cara con la institución que hoy defiende, esto al participar en su primera Copa Chivas. "Acababa de cumplir los 15 años y justo terminé la secundaria, yo quería ser profesional y ya había ido a probarme con Atlas, pero no tuve suerte, yo digo que no era mi momento, pero luego se llegó otra oportunidad, recuerdo que éramos el mismo equipo de siempre, los Pumas, y nos fuimos a una Copa Chivas en Guadalajara, los papás se cooperaron y buscaron patrocinadores, hicimos de todo y al final fuimos, afortunadamente nos tocó jugar contra las fuerzas básicas de Chivas y ahí nos visorearon a siete jugadores de aquí, nos fue muy bien, llegamos hasta semifinales, la verdad jugábamos muy bien y nadie se esperaba ver a un equipo de Reynosa con ese nivel", afirma muy emocionado y como imaginando aquellos gloriosos días. Aquella pincelada de futbol que dejó en tierras tapatías fue más que suficiente. Pasó un mes y "Xavi" ya estaba en Guadalajara, ya era parte de Chivas. El cambio fue drástico. De una ciudad pequeña a una metrópoli. Sólo, con miedos, muy nervioso y triste de dejar su casa y familia, acepta que estuvo a punto de rajarse. "El experimentar cosas nuevas siempre da nerviosismo, me sentía sólo, de hecho al segundo día de estar en Guadalajara ya me quería regresar, decía: ‘No, ¿que ando haciendo acá?’, pero luego los mismos compañeros de los que se fueron conmigo me decían, ¡no manches guey, quédate!, fue algo difícil, pero hay que sacrificarse", reconoce mientras es blanco de las miradas de todos los pequeñines que entrenan en la cancha, quienes ya se han dado cuenta que una figura está a unos cuantos metros de ellos. El tiempo en el club rojiblanco voló, y cuando menos lo pensó, "Xavi" ya tenía sangre Chiva. Cumplió con éxito su ciclo en las fuerzas básicas del rebaño. Pasó por la Tercera División, luego Segunda y después participó en el tan sonado torneo de reservas Nacional, en el cual ya era pieza clave del equipo. A pesar de su disciplina y responsabilidad, estuvo a punto de ver la tarjeta roja en la institución Chiva, situación que fue un trago amargo, que al final le dejó mucha madurez. "Todos los procesos son difíciles, de hecho, no todos los momentos que viví fueron felices, incluso hubo un momento en el que pude haber salido de Chivas cuando estuve en Segunda División; hay veces que no estas en tu nivel, pero en esos momentos es cuando debes sacar el carácter. Me dicen muchos que por poquito me iba, pero creo que Dios pone las cosas por algo y de lo malo también se aprende", afirma ya dentro del campo. Publicado por:SäNTÿ | fuente(s):[Chivascampeon12/SäNTÿ][foto:Mexsport] Te gustó?...apoyanos!!
|